20 de septiembre de 2008

Hoy se inicia el relato

Esto comienza por capricho, o por dar a conocer al mundo una cuestión que me aqueja hace un tiempo: me estoy duchando con una vaquita de San Antonio hace quince días. Al principio la miraba caminar por la tapa del shampoo y luego pasar al talco; y me duchaba y listo, al momento del secado hasta olvidaba que ella estaba ahí conmigo.
A los tres días me preocupé por su salud, de qué se alimentaba la vaquita de San Antonio encerrada en mi baño. Como era posible que no decidiera huir al clima de humedad que supongo tienen todos los baños. ¿Debo rescatarla en un acto heroico de las profundidades de una tapa de desodorante? Y a la semana empecé a hacerme más y más preguntas… Preguntas por las que no obtuve respuesta:
¿Habría otros bichos ocultos en mi baño?
¿Sabía mi vaquita que yo la estaba observando?
¿Me está mirando?
¿Podré lavarme el pelo con los ojos abiertos cuestión de no dejar de mirarla un segundo?
Y la pregunta que me lleva a este acto: ¿debo contar al mundo lo que me está pasando? ¿Puede haber mucha gente que tenga vaquitas de San Antonio en su baño? Ya que está tan de moda tener un blog, ¿tiene sentido publicar una novela acerca de lo que vive en mi baño? No, alcanza con un blog que nadie lea. Estos son mis motivos.

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